La nueva miniserie de la BBC One basada en la novela de J.K. Rowling tuvo su estreno el domingo por la noche. Dirigida por Jonny Campbell y con el guión de Sarah Phelps no solo estuvo a la altura de las circunstancias, sino que me dejó con ganas de más. Con una audiencia de 6.6 millones de espectadores demostró que las historias que decide contar la escritora inglesa venden siempre. Rodada en Northleach, Gloucestershire, en Inglaterra, la acción trascurre en el pueblo de Pagford.
El acierto en su primer capítulo fue introducir a los personajes de la manera más cruda posible, con sus defectos y sus bajezas a la vista de los espectadores, aunque en el ambiente de Pagford siempre mantengan las apariencias. Brillante actuación de Rory Kinnear en su papel de Barry Fairbrother, exacto en su discurso, preciso en las emociones, genial en su muerte.
La muerte que desencadena todo el devenir de la historia, cuando se habré una vacante en el consejo parroquial, y todos quieren ocupar el lugar. Intereses de por medio los Mollison, Shirley y Howard son una despiadada pareja de ancianos, que ve en la muerte de Barry la oportunidad de lograr la mayoría de votos para construir un spa que jerarquice el pueblo y lo ponga en el mapa de la acción.
El otro acierto es mostrar la realidad, con los acomodados del pueblo por un lado, y la marginalidad y la miseria por el otro, cohabitando en un pintoresco escenario. Abigail Lawrie en la piel de Krystal Weedon es brillante. Una adolescente que debe luchar con la adicción de su madre, la crianza de su hermano menor, y el proveedor de drogas de su progenitora que usa su casa como deposito de cosas robadas.
Tal vez me quedo flotando un poco desdibujada la imagen de la esposa de Barry, Mary Fairbrother, interpretada por Emily Bevan, de la que esperaba mucho más. En cambio el medio hermano del difunto, resentido, violento y decidido a quedarse con todo lo que tenía Barry, fue un punto alto. Simon Price (Richard Glover), promete y mucho, más aún cuando decide que tiene todas las condiciones necesarias para postularse en la elección.
The Casual Vacancy es un sí rotundo a la hora de las recomendaciones, tanto por la belleza de su confección, como por la temática que decide poner sobre el tapete. Preferentemente para disfrutar en su idioma original, porque no sería lo mismo sin ese ingles cerrado y bien british que la caracteriza.
En el final queda perfectamente delineado las intenciones de este drama, cuando vemos como alguien sube un post a la página que se creó en honor a Fairbrother, afirmando ser el fantasma de Barry, que no quiere perderse el proceso de selección del próximo consejal, y que esta decidido a develar los secretos de cada uno de los habitantes de Pagford en tiempo y forma. Un mensaje que pondrá nervioso a más de uno.
“…Everyone´s got skeletons rattling in their cupboard. Everyone´s got something.
I am the ghost of Barry Fairbrother and I am watching you.”
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